Las Escrituras

LAS ESCRITURAS

Resumen Introductorio

A casi dos mil años de la crucifixión del Señor Jesucristo, su evangelio se ha expandido y predicado por todo el mundo; Hoy en día se cuenta con muchos recursos literarios e informáticos que sirven de soporte y apoyo, pero durante los primeros mil quinientos años la extensión del Reino de Dios se ha realizado por la predicación oral del mensaje, mucho de lo cual pasó de boca en boca, de hijo en hijo por medio del Espíritu Santo sin contar con las escrituras en su totalidad, las cuales eran difíciles de acceder, no había libros doctrinales, ni imprentas y los elementos tales como papel y tinta eran muy costosos, además del alto grado de analfabetismo que hubo en esos tiempos.

Durante los primeros siglos, el imperio romano bajo el asombro de no haber podido contener o erradicar la transición de la religión de un pueblo sometido (la religión judía), que había repercutido en gran manera por los hechos de un hombre y sus discípulos y se esparcía incomprensiblemente por todo el imperio, obligó a las autoridades imperiales a terminar con la lucha entre el cristianismo y la religión greco-romana en decadencia y realizar (también los romanos) una profunda transición en su religión para no perder el control sobre las masas. El imperio absorbió el cristianismo como religión popular, dejando atrás parcialmente su filosofía greco-romana. Esto dio inicio a la primera religión institucional cristiana “La religión católica apostólica romana”, que intentó hacer de su religión recién nacida “la religión universal del imperio”, por lo cual se le permitió usar de los recursos necesarios para retomar el control sobre los pueblos dominados.

Desde el siglo IV dC, con mucha sagacidad y con el objetivo de manipular la principal fuente del cristianismo y tomar el control sobre la Iglesia de Cristo, hizo para su conveniencia su propia formación de “libros cristianos” las cuales las obtuvieron de la mayoría de los manuscritos en  griego y hebreo y las tradujeron al latín destruyendo las primeras fuentes y evidencias para imponer no solo su nueva religión católica sino también el latín como lengua imperial.

Una vez que formuló su “primera biblia” (La Vulgata), la religión católica se dedicó a perseguir y destruir en lo posible cualquier evidencia acerca de los verdaderos evangelios y epístolas que circulaban en todas las Iglesias de Asia, calificándolas como herejes.

Debido a la persecución y a la continua destrucción de los manuscritos griegos en toda Asia y Europa (durante todo el período del imperio romano), la Iglesia a través de muy pero muy pocos hijos de Dios (entendidos y conocedores de los idiomas) mantuvieron en oculto toda la documentación posible; Por lo general solo se tenían copias parciales administrada por un “guardián del manuscrito” el cual se dedicaba a mantenerlo y hacer copias para distribuirlo a las demás Iglesias. Penosamente muchos de los manuscritos asiáticos más antiguos se extinguieron y a medida que transcurría el tiempo solo se contaba con las copias de las copias de los manuscritos los cuales sufrieron los cambios morfológicos y textuales del idioma griego en cada siglo que pasaba. Estos rollos solo se leía en las sinagogas ocultas o centros de reuniones generales, los cuales también se ocultaban por temor a la persecución de la religión católica.

Durante los primeros mil quinientos años y dadas las circunstancias de las transiciones de la sociedad, lo poco o lo mucho que se predicaba y lo poco o lo mucho que se leía en las Iglesias era suficiente para mantener viva la Palabra tanto en predicación como en conducta.

A diferencia de la Iglesia que contaba con escasos recursos, la religión católica fue la primera en contar con una formación bíblica, su versión en latín conocida como “La Vulgata”, que fue traducida del griego al latín por Jerónimo (“Eusebio”) en el siglo III dC.

Jerónimo, fue un hombre sensual conocedor de varios idiomas que manejaba muy bien el griego y el latín y un poco de hebreo por lo cual con estas dotes fue el candidato ideal para el trabajo de traducción, sin embargo era amante de la literatura griega sobre todo de Platón y Homero, pero no era cristiano fue obligado ha hacerlo para no perder su estatus, la traducción de las escrituras era para este hombre solo un trabajo. Luego encontró en la religión católica un lugar donde hacer historia.

Existen al día de hoy alrededor de 8000 copias de la Vulgata distribuidas entre sus principales sedes, este libro a sufrido los cambios inevitables forjados por el error humano en el copiado de su texto en los monasterios de Europa. Hay libros en muchas sedes en las que las notas marginales han sido interpoladas con la copia, esto hace que una copia sea diferente de otra.

Actualmente la religión católica formuló “La Nueva Vulgata” texto oficial editado por el Vaticano y puesto en vigencia desde 1979, teniendo en cuenta que aún en esta ocasión no usó de los manuscritos griegos como patrón sino que intentó restaurarse o generar una pureza a partir de sus propios libros antiguos en latín.

Volviendo a tiempo anteriores a partir del siglo XV y XVI con la invención de la imprenta, más el crecimiento de la ciencia y la tecnología y en pleno auge de una guerra entre la religión católica y la religión protestante, se hizo posible que las escrituras tomaran un nuevo lugar trascendiendo y produciéndose una profunda transición en si misma en cuanto a la formulación, disposición, formato y tipo de libro. Y es precisamente que a partir del año 1500 con la ayuda de la Iglesia de Cristo que prestaron los manuscritos que habían ocultado por muchos siglos a la religión católica y se las brindaron a la religión protestante para que estos pudieran armar un patrón del NT en griego con los “manuscritos cursivos” del siglo VIII al XI con el fin de imprimirlas, reproducirlas y distribuirlas.

Ante tan grande empresa emprendida por el esfuerzo de muchos eruditos de aquellos tiempos, esperaban que esto sea realmente el medio para destruir a la religión católica y llevar a todas las naciones el verdadero mensaje del Señor.

Sin embargo esto solo produjo grandes cambios y evoluciones dentro de las Iglesias y las religiones, esto trajo nuevamente grandes dificultades, grandes confusiones y grandes divisiones debido a cuestiones doctrinales y comerciales las cuales se tornaron en el centro de discusión hasta el día de hoy, proponiendo de continuo concilios y revisiones acerca de las escrituras.

A través de estos últimos cinco siglos, los trabajos de investigación, exploración y excavación han dado lugar a nuevos manuscritos encontrado, muchos de los cuales datan de una mayor antigüedad (¿?), que más que aportar un beneficio o un apoyo logístico a los manuscritos existentes, solo han generado controversias, discordias y confusión.

A propósito de esto en 1844 Tischendorf encontró en un monasterio de Sinaí, manuscritos antiguos, que hoy se conoce como “Codice Sinaítico” y que se hizo parte de los “textos minoritarios” (20 volumenes aproximadamente), los cuales no tienen coincidencias entre ellas mismas ni con los “manuscritos cursivos” del siglo VIII al XI, esto generó una mayor contradicción llevando a una terrible guerra fría entre religiones y separaciones denominacionales hasta el día de hoy.

Confusión, incertidumbre, desconocimiento

Hoy en día dentro de cualquier congregación evangélica de cualquier denominación suelen verse a los congregantes usar Biblias de diferentes versiones, cada uno según el agrado o según la conveniencia ya sea por la fácil lectura o por la doctrina a favor de ciertas cuestiones las cuales intentan relativizar las escrituras, por ende intentan relativizar “La Palabra de Dios”.

Pero de donde vinieron tantas versiones?, porque son tan diferentes entre sí?, Cual es la diferencia?, Porque ha pasado esto?, Cual es la versión correcta?.

Antes que nada aseguramos ciertamente que las escrituras NO son la Palabra de Dios, entendiendo que la Palabra de Dios es Espíritu y Vida proclamamos que la Palabra de Dios es absoluta, verdadera y sana, al margen de los que las escrituras ofrezcan y más aún ante las incoherencias de las versiones bíblicas que para nada destruyen ni manchan el poder de la espada de Dios. Las escrituras aunque no todas, son una inspiración de Dios dada solamente a sus hijos para utilidad en las enseñanzas (2 Ti 3:16). (Leer archivo: La Palabra de Dios y las escrituras)

Los congregantes no saben, ni entienden lo que el enemigo ha hecho en estos últimos cuatrocientos años, muchos compran diferentes versiones de la Biblia, desconociendo la fuente de donde provienen, no se dan cuenta que al hacerlo contribuyen al enriquecimiento de las instituciones religiosas sobre todo a las editoriales, no se dan cuenta que al adquirir más de una versión relativizan la comprensión, producen mensajes diferentes que hacen caer de la firmeza, despreciando la sana doctrina, creando confusión, concretando así el doble y triple mal propósito de comprar o tener biblias de versiones diferentes.

Sin embargo esto no es novedad pues desde tiempos antiguos los apóstoles tenían que luchar contra aquellos que tergiversaban tanto la Palabra como los escritos

2 Pedro 3

15Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. 17Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Un indocto es una persona con falta de conocimiento, inculto, que no tiene instrucción. Un inconstante es aquel que no permanece estable que cambia con mucha facilidad y ligereza en sus pensamientos y actitudes.

2 Corintios 2

17Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

Los que medran son los que adulteran y trafican (comercializan con el fin de lucrar) con palabras de ciencia fingiendo producir mejoras actualizan y cambian para ayudar a comprender los conceptos o significados doctrinales.

Con esta meditación estoy haciendo progresar el conocimiento a favor de las escrituras sin producir cambios en las mismas sino utilizándolo como plataforma de enseñanza, a diferencia de los que medran que cambian los vocablos sustituyendo lo que está escrito, modificando el mensaje.

También sabemos de aquellos que predicaron un evangelio diferente en tiempo mismo de los apóstoles.

Gálatas 1

6Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

Como hijos de Dios y cómo discípulos de Cristo es necesario dada las circunstancias y el estado de las congregaciones tener este conocimiento acerca de los orígenes de las escrituras y versiones bíblicas para que en el transcurso de su obra sepamos callar a aquellos que defienden los diferentes escritos más que la Palabra de Dios. Porque hay una sola verdad y una sola sana doctrina la cual es absoluta y es una demanda del Señor que sea común en toda su Iglesia.

1 Corintios 1

10Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Entonces no es novedad que el misterio de iniquidad (2 Te 2:7), con sus ministros que se disfrazan de ministro de justicia (2 Co 11:14-15) nació juntamente con el de la piedad y este ministerio corrompe, falsifica, divide, perturba a la Iglesia de Cristo.

Conociendo esto entramos de lleno en la historia para conocer los orígenes de las escrituras y las formas en que nos llegó.

 

RESUMEN DE DOCUMENTACION GENERAL

En un principio, los elementos principales para la edición de las escrituras fueron el papiro y la tinta. El papiro es una planta acuática de la cual se extraía la sabia con prensas y se hacían tiras, que luego se entrelazaban y se prensaban nuevamente, obteniendo planchas de gran soporte para las inscripciones. La tinta era hollín de humo negro con cola, agua y aceite de muy buena duración y permanencia, además de esto también se utilizaba cuero de animales tales como el de antílope (gacelas, gamuzas, ciervos y familia de estos).

Con el papiro como papel se armaban rollos y pergaminos, y se armaban volúmenes completos en un solo rollo.

Con la intención de mantener la fidelidad del escrito se producían copias de seguridad para resguardar la integridad de lo escrito, pues el mucho trajinar del pergamino hacía de este su pronto deterioro, porque estaban hechos con materiales perecederos.

Obviamente no existían elementos de impresión por lo que los antiguos libros se escribían a mano por lo cual recibe el nombre de “manuscrito” (ms).

Cuando acudimos en búsqueda de los manuscritos originales de las escrituras, es decir buscar el pergamino con el texto original, nos encontramos con la sorpresa de que simplemente no existe, ha desaparecido por el uso y el desgaste natural de los materiales perecederos empleados y también por la continua persecución de la religión católica sobre ellos para destruirlos.

Hoy sólo nos han quedado copias de copias y aún estas copias ninguna proviene directa del original. A este grupo de copias de copias de los manuscritos se los denomina (mss)

Durante el transcurso de las generaciones, se produjeron cambios en los idiomas por lo cual los manuscritos (mss) también sufrieron estos cambios, aún en las diferentes traducciones.

Los primeros manuscritos se hicieron bajo un único tipo de letra denominado griego koiné “común” (lengua griega en tiempos de los apóstoles), es decir todo el manuscrito en letra mayúsculas y de corrido. A medida que transcurrieron las generaciones se implementaron las minúsculas, los signos de puntuación y los métodos de prosa, párrafo y texto los cuales se pueden apreciar en los manuscritos existentes (mss).

Hoy en día se cuentan aproximadamente con unos 7000 manuscritos en lengua griega, hebrea y aramea divididos en grandes grupos según su antigüedad, lugar de origen y tipo de escritura, denominados “volúmenes” o “códices”. Además de esto se cuenta con un poco mas de 10.000 documentos antiguos en diferentes idiomas producto de la traducción de los manuscritos en griego con las que contaban las Iglesias en diferentes naciones, a este grupo se les denomina “manuscritos testigos de traducción” (msst).

Todos estos manuscritos están actualmente en poder de las bibliotecas nacionales de diferentes estados y muchos de los cuales son de acceso público restringido.

Todo el sistema de categorización, evaluación, numeración, fechado, denominación, codificación fueron realizado por personas con amplios conocimientos, científicos, traductores, muchos de los cuales fueron parte de los grupos religiosos más populares de hoy en día (religión católica y religión protestante entre otras).

A partir del siglo XV y XVI ante la disconformidad con la religión católica que proponía conductas exageradas, impuestos sobrevaluados y el análisis social de algunos usos y costumbres muy difícil de sobrellevar por la sociedad, comenzaron a sospechar que no había sustento escritural religioso para tales conductas por lo que la sociedad comenzó a exigir el acceso a la lectura de las escrituras para verificar el trabajo de la institución religiosa. Obviamente la religión católica se negó y repudió tal conducta.

Comenzó así un “movimiento protestante”, en Europa Occidental que decidieron prescindir de los oficios religiosos y cuyo objetivo era reformar o recuperar las doctrinas básicas acerca del evangelio y de sus verdaderos efectos sobre la sociedad. Otro de los objetivos era derrocar las autoridades humanas y proponer las escrituras como única fuente de autoridad en temas de “fe”, moral, conductas y conciencia, descartando así el oficio de los hombres religiosos propuestos por la religión católica.

Las naciones de Inglaterra e Irlanda fueron las primeras en sublevarse, al igual que Alemania y los países bajos.

El movimiento protestante fue representado por hombres que en su mayoría habían dejado el oficio religioso católico por disconformidad con su sistema de gobierno y que habían tenido contacto parcial con la Iglesia de Cristo y que sabían de las variaciones que se habían producido sobre la versión “Vulgata”.

La Iglesia de Cristo (in-apropiadamente), consideró al movimiento protestante como la repuesta a sus súplicas de liberación de los católicos (Inquisición), hizo alianza con el protestantismo y buscaron apresuradamente “institucionalizarse”.

El propósito inicial de este movimiento fue alentar a unificar criterios y ha recuperar las escrituras.  Las Iglesias proporcionaron a estos hombres las copias de manuscritos en griego que habían mantenido en oculto por mucho tiempo para que se usasen de plataforma para la nueva institución.

Pero ante la diversidad de manuscritos (mss) muchos de los cuales presentaban cambios profundos, se hizo necesaria una metodología de evaluación para recuperar la pureza o la exactitud del texto original de las escrituras (que ya no estaba). Este método se hizo evaluando las coincidencias entre manuscritos, sumando también a este método los manuscritos testigos (msst) (de otros idiomas).

 

PLATAFORMA PARA “EL TEXTO PATRON EN GRIEGO” DEL NUEVO TESTAMENTO

Cuando agruparon los manuscritos de mayor concordancia, aprovecharon la mejor invención del siglo XV, “La imprenta”, con la cual nació la fabulosa idea de realizar un “texto patrón en griego” (solamente del Nuevo Testamento) para que fuese enviada a todas las naciones y se las tradujeran a su idioma y todos pudieran recibir el evangelio teniendo como soporte las escrituras.

Sin embargo la religión católica también se propuso a realizar impresiones de su biblias con algunas variantes.

El primer texto en imprimirse fue el Texto Complutense: Nuevo Testamento Griego como parte de una Biblia políglota. Planeada en 1502 por el religioso católico Cardenal Primado de España, Francisco Jiménez de Cisneros, una magnífica edición del texto hebreo, arameo, griego y latino, fue impreso en la ciudad universitaria de Alcalá (Complutum). A pesar de que el texto complutense fue el primer Nuevo Testamento griego en imprimirse, no fue el primero en ser publicado.

El “Textus Receptus” Primer Patrón para el Nuevo Testamento

El Textus Receptus fue la culminación de un profundo esfuerzo de muchos hombres que con ansiedad juntaron los documentos y realizaron las evaluaciones pertinentes con los medios más avanzados de aquella época.

Desiderio Erasmo de Rotterdam humanista publicó un Nuevo Testamento en griego por primera vez en 1516, siendo esta la primera copia impresa del Nuevo Testamento griego. Para su composición, Erasmo utilizó lo poco que había en Europa entonces: dos manuscritos cursivos griegos del siglo XII, y partes de uno del siglo X fueron los más antiguos que encontró en Basilea. Como había partes que faltaban en los manuscritos griegos (como parte de Apocalipsis), Erasmo completó su primera edición traduciendo esas partes de la Vulgata en latín. En cuanto a su método, sus propias “Anotaciones”, dadas como apéndice, muestran que las citas de los pioneros fueron siempre decisivas en la elección de sus variantes de lectura, por más que le hubiere faltado el respaldo de las copias griegas. Por ejemplo, Hechos 8:37 (“Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: creo que Jesucristo es el Hijo de Dios”) no tiene el apoyo de prácticamente ningún MSS griego, pero Erasmo lo insertó por cuanto estaba en la Vulgata.

Tras revisar y corregir la primera edición, sacó a luz una segunda edición en 1519 (de la cual los reformadores tradujeron las escrituras a diversos idiomas. Lutero en 1522 utilizó esta segunda edición para traducir “La Biblia de Septiembre” al alemán. Luego publicó una tercera edición en 1522. En ésta inserta recién el llamado Comma Johanneum en 1 Juan 5:7, no por cuanto creyese que fuese auténtico, sino a fin de escapar de las presiones y de las duras críticas recibidas por haberlo omitido, y justificadamente, en sus primeras dos ediciones. Publica una cuarta edición en 1527, haciendo uso de un mayor número de manuscritos griegos y llevando a cabo muchas correcciones y mejoras en el texto. Su última edición la publicó en 1535, sin mayores alteraciones respecto de la anterior.

Texto griego de Stephanus (Robert Estienne). En sus primeras dos ediciones (1546, 1549) siguió el texto griego de Erasmo (tomando su cuarta edición), sin apartarse de este la comparó y  revisó ligeramente con la edición Complutense. Su tercera edición (1550) es la más conocida, y en ella adhirió más estrictamente a Erasmo en el texto, agregando, además, las variantes de lectura de la Complutense en el margen, junto con una selección de lecturas de los manuscritos a la que hace referencia más tarde. A diferencia de Erasmo, se valió del códice Beza (solo para comparación en los Evangelios y Hechos de los apóstoles). Esta colección de variantes de lectura en el margen, distinguieron la tercera edición de Estienne como el primer texto griego con un aparato crítico (aunque en el texto se guió más por Erasmo que por su colección de manuscritos).

Estimaba que este texto griego basado en la cuarta edición de Erasmo, como dijimos era el verdadero “texto recibido” por los apóstoles, y, por ende, inspirado.

El nombre de “Texto Recibido” está formalmente impreso en la 2.ª edición de Elzevir de 1633 (1.ª edición, 1624), debido a las palabras que aparecen en latín en el prefacio: «Textum… ab omnibus receptum» (Texto recibido por todos). Debido a que la edición de Elzevir es la misma que la de Stephanus, ambas son referidas indistintamente como el “Textus Receptus”. Un año más tarde (1551), Stephanus enumeró los versículos del Nuevo Testamento al margen del texto (pero no los dividió). (El Cardenal Hugo había ya dividido la Vulgata Latina en capítulos sólo tres siglos antes, 1250).

El Textus Receptus es la plataforma de varias biblias, entre ella el Nuevo Testamento de la Antigua versión de Casiodoro de Reina (RV1569) al castellano revisada mas adelante por Cipriano de Valera (RVR1602) la cual mantuvo la fuente a través de revisiones (1862, 1909, y 1960). Actualmente La RVR60 tiene como plataforma de traducción el textus receptus. No podemos decir lo mismo de RVR89, RVR95 o RVR2000 y posteriores porque las mismas han sido formuladas mezclando el Textus Receptus con el texto de Westcott y Hort.

Además el Textus Receptus es plataforma de la Biblia en Inglés King James “Rey Santiago”, y de la Biblia de “Septiembre” en alemán escrita por Lutero.

El “Texto de Westcott y Hort” Un Segundo Patrón diferente al primero

A partir del Siglo XV, la Iglesia se vió beneficiada con los recursos producto de las guerras religiosas.

Fue un tiempo de serenidad y tranquilidad para la Iglesia, que ya no recibía la persecución de los católicos.

El mundo comenzó a sufrir cambios debido al avance de la tecnología, durante ese tiempo ocurrieron eventos tales como la conquista del continente americano, reorganización de la sociedad, formulación de estados y formas de gobierno, avances científicos, avances filosóficos, avances literarios, etc.. ; Como así también grandes periodos de revoluciones y guerras.

El mundo se transformó en un sistema con ambición de poder, riquezas y de control total sobre la humanidad; Evolucionó del imperialismo jerárquico a un sistema de control, y consideró que uno de los principales estorbos para ella, era la religión.

El Sistema hoy en día utiliza a las religiones como medio para controlar a las masas. Pero en sí misma siembra discordia para mantener separada a la humanidad.

Considerando el avance del protestantismo y para evitar que le pasara lo que le pasó al antiguo imperio romano, decidió hacer una guerra fría y filosófica, atacando sobre sus bases doctrinales y fuentes de recursos. Uno de ellos fue la de promover la búsqueda de nueva documentación que pudiera refutar o entorpecer el trabajo de la Iglesia y de las instituciones religiosas.

Fue este el inicio para que hombres se dieran a la búsqueda mediante exploraciones y excavaciones. 

Tischendorf: El hombre con quien los críticos textuales modernos del Nuevo Testamento se encuentran más “en deuda” es sin duda Lobegott Friedrich Constantin V. Tischendorf.

En 1844, cuando aún Tischendorf no tenía 30 años comenzó un extenso viaje por el Cercano Oriente en busca de manuscritos bíblicos. Mientras visitaba el monasterio de Santa Catalina en el monte Sinaí, tuvo oportunidad de observar una cesta de basura que contenía algunas hojas de pergamino, la cual iba a ser usada para alimentar el fuego de la estufa. Al examinarlas, demostraron ser parte de una copia de la Versión Septuaginta del Antiguo Testamento.. Tischendorf logró retirar de la cesta no menos de 43 hojas, mientras los monjes casualmente le comentaban que: “¡dos cestas iguales acababan de ser quemadas en la chimenea!”. Momentos más tarde, cuando le mostraron otras porciones del mismo códice (contenía todo Isaías y el libro cuarto de Macabeos), él advirtió a los monjes que tales cosas eran demasiado valiosas para alimentar el fuego. Con las 43 hojas que se le permitió retener, las cuales contenían porciones del Primer Libro de Crónicas, Jeremías, Nehemías y Esther, hizo una publicación en 1846, nombrando tales documentos como el códice Federico Augustanus. En 1853, Tischendorf volvió a visitar el monasterio con la esperanza de hallar otras porciones del mismo manuscrito. No obstante, la alegría demostrada con el hallazgo anterior había hecho a los monjes más cautelosos y no pudo conseguir nada adicional al manuscrito.

En el año de 1859, los viajes llevaron a Tischendorf nuevamente al Monte Sinaí, esta vez bajo los auspicios del Zar de Rusia, Alejandro II, en esta oportunidad Tischendorf presentó al abad del monasterio una copia de la edición de la Septuaginta que recientemente había publicado en Leipzig. Fue entonces cuando el abad le comentó que él también poseía una copia similar; y acto seguido, sacó de su armario un manuscrito envuelto en una tela roja. Allí, ante los ojos atónitos del erudito, reposaba el tesoro que por tanto tiempo había deseado encontrar. Tratando de controlar sus emociones y aparentando normalidad, Tischendorf solicitó hojear someramente el códice. Durante esa noche, pudo comprobar que el documento contenía más de lo que hubiera esperado, pues no sólo estaba la mayor parte del Antiguo Testamento, sino que el Nuevo Testamento se encontraba completo, y en excelente estado de preservación. Mediante engaño extrajo el documento y por medio del gobierno ruso pago a los monjes 7000 rublos.

Este hallazgo y trabajo de Tischendorf es el principio de la discordia por su falta de concordancia con el Textus Receptus, llegando a cuestionar si era verdaderamente el Texto recibido por todos.

Tregelles (1857): Crítico Literario que mediante sus principios de comparación revisó el texto formulado por Tischendorf y construyo su propio texto con el mismo método que Lachmann (otro critico literario que valoraba los manuscritos por antigüedad descartando el análisis de coincidencias), adoptando las lecturas más antiguas. Como Tischendorf, sin embargo, tomó en consideración un cuerpo de información mucho mayor, incluyendo todos los MSS griegos hasta el siglo VII. Excepto unas pocas copias cursivas, confinó su atención a la evidencia antigua. Dedicó 15 años a su labor crítica del Nuevo Testamento, hasta que un accidente puso fin a sus esfuerzos.

Alford (1849). El texto va cambiando de una edición a otra, apartándose cada vez más del “Textus Receptus” hasta asimilarse estrechamente al de Tregelles. Decía de Tischendorf y de Tregelles: “Si Tischendorf ha incurrido en una falta por el lado de la hipótesis especulativa en cuanto al origen de las lecturas halladas en aquellos MSS, debe confesarse que Tregelles algunas veces ha errado por el lado (más seguro, ciertamente) de escrupulosa adherencia a la mera evidencia literal de los MSS antiguos”.

Westcott y Hort, (1881). B.F. Westcott and F.J.A. Hort, editaron “The New Testament in the original Greek” “El Original Nuevo Testamento en griego”. New York: Harper & Brothers, 1881. Este texto ha influenciado enormemente a la mayoría de los eruditos desde que vio la luz. Los eruditos de Cambridge osaron con total libertad alterar el texto tradicional arbitrariamente, con una fuerte preferencia por una excesiva e injustificada adherencia a los unciales más antiguos Sinaítico y Vaticano, alejándose someramente del Texto Alejandrino. Si bien varios siglos de las peores corrupciones eclesiásticas habían manchado estos antiguos documentos no fue motivo para W y H de utilizarlo como plataforma. Sentaron así el modelo para la tendencia moderna respecto de los diversos manuscritos. J. N. Darby escribió: “Las ediciones más antiguas no son de ninguna manera las más confiables, puesto que las peores corrupciones se originaron en el curso de los primeros doscientos años después que el Nuevo Testamento fue compuesto”.

Bajo ninguna circunstancia W y H utilizaron los textos cursivos, como tampoco aplicó un criterio de comparación sino que se volcó de pleno en examinar la antigüedad de los documentos. Esto aturde a la mera erudición actual, pues ellos saben que cada pasaje debe ser pacientemente y muy seriamente examinado en presencia de todo el aparato de testigos.

Nestle, (1898) Textos formulados por Eberhard Nestle, realizo hasta la 9ª edición, Tras la muerte de Eberhard, en 1913, las ediciones posteriores siguieron a cargo de su hijo, Erwin Nestle, desde la edición 10ª (1914) hasta la 25ª ed. de 1963. Esta edición está basada en los textos de Tischendorf, Westcott y Hort y Bernard Weiss, y adopta aquello en que concuerdan dos de tres (somera revisión).

Una tras otra se sucedieron ediciones que procuraron incluir correcciones sustanciales. Se propone representar la suma de la erudición moderna. Se verifica que se comete un par de errores al relegar Juan 7:53, 8:11 a una nota al pie de página; falla en Lucas 6:1 al emplear “un sábado”, en vez de “el sábado segundo primero”. Omite “que está en el cielo” en Juan 3:13, etc.

Aland (1966) luego de una década de labores de investigación textual realizada por un Comité Internacional, cinco Sociedades Bíblicas publicaron una edición del Nuevo Testamento Griego diseñado especialmente para traductores y estudiantes. Su «aparato textual», que provee relativamente todas las citas de evidencias manuscritas, incluye cerca de mil cuatrocientos cuarenta juegos de variantes textuales, escogidos especialmente en vista de su significado exegético. Contiene igualmente un «aparato de puntuación» que cita diferencias significativas en más de 600 pasajes, coleccionados de cinco ediciones del Nuevo Testamento griego y diez traducciones al inglés, francés y alemán. Durante la reconstrucción de este texto Griego se tomó como base la edición de Westcott y Hort, y se evaluaron todos los descubrimientos acontecidos durante el siglo XX, en el cual existen documentos manuscritos mucho más antiguos del Nuevo Testamento.

– Importante

El texto de Westcott y Hort son la plataforma para la traducción de todas las versiones modernas. Aún la religión de los testigos de Jehová la utilizaron para su versión “Traducción Nuevo Mundo” (en inglés y de allí al resto de los idiomas). 

En castellano biblias como LBA (Biblia de las America), NVI (Nueva Versión Internacional), DHH (Dios Habla Hoy), BJ (Biblia de Jerusalén), VR (Versión Recobro) utilizaron como plataforma de traducción el Texto de Westcott y Hort.

CLASIFICACION GENERICA DE LOS MANUSCRITOS

Sin entrar en detalle de la formación y desarrollo del canon bíblico, pretendemos indicar cuales fueron los manuscritos y las plataformas con las que se editaron las diferentes biblias.

Los manuscritos, códices y volúmenes adicionales

Hay cuatro clases de manuscritos griegos: Los códices unciales (mayúsculo), los códices cursivos   (minúsculo), los leccionarios y los papiros (fragmentarios).

Los códices son volúmenes de manuscritos encuadernados en forma de libro, y su importancia como testimonios radica en que muchos de ellos contienen tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento de forma completa. Se dividen en cursivos y unciales.

 

Clasificación

–          Unciales [ Vaticano, Sinaítico, Alejandrino, Bezae ] Fechado entre el siglo IV-VI. Un total de 2200 manuscritos

– Códices                 

–          Cursivos Minúsculos [ Esc. Oriental Bizantina ] Fechado entre el siglo IX-X. Un total de 3000 manuscritos ]

 

[MSS]

– Leccionarios

 

– Papiros fragmentarios

 

Los unciales están formados por mayúsculas griegas sin espacio entre las palabras y sin signos de puntuación. Estas copias van del siglo IV al siglo X, y son en número cerca de 700.

Los cursivos o minúsculos son manuscritos escritos en pequeñas letras en estilo corrido (“cursivas”), superando los 2500 en número, y que datan desde el siglo VIII hasta el siglo XV. Cada uno es conocido por su número.

Estos manuscritos son conocidos también como “bizantino” o “mayoritario” por estar en manos de una escuela oriental bizantina en tiempos del Imperio Bizancio.

 

– Códices unciales más relevantes

 

El códice Vaticano (B). Manuscrito en griego uncial, descubierto en la biblioteca del Vaticano en Roma en el 1481, data del siglo IV. Contiene el Antiguo Testamento en su totalidad y el Nuevo Testamento hasta Hebreos 9:13 siendo defectuoso el resto. Es de mucho más valor que el códice Sinaítico para la religión católica.

 

El códice Sinaítico ( ). Manuscrito en griego uncial, del siglo IV, contiene el Antiguo y Nuevo Testamento en su integridad. Cuarenta y tres hojas del códice fueron descubiertos en 1844 por Constantino Tischendorf en el monasterio de Santa Catalina en el monte Sinaí cuando los monjes estaban a punto de quemar todos los viejos manuscritos que, para ellos, “eran griegos sin valor”. Quince años más tarde, Tischendorf recuperó 199 hojas más. Se ha dicho que fueron escritos en pieles de 100 antílopes, y fueron comprados a Rusia (cuyo gobierno, bajo el zar, sufragó los gastos de la expedición arqueológica) por el Museo Británico de Londres por más de medio millón de dólares hace un siglo atrás. Aunque es el uncial más antiguo, ha sido, como los demás, corrompido por las manos religiosas-eclesiásticas, pero estas alteraciones son fácilmente detectadas.

El códice Alejandrino (A). Manuscrito griego uncial, data del siglo V, contiene casi todo el Antiguo y Nuevo Testamento, pero con algunas lagunas. Concuerda mucho con el Códice Sinaítico pero no tanto con el Códice Vaticano en las Epístolas, pero es constantinopolitano (bizantino) en los Evangelios, armonizando con la masa de cursivos griegos y con la Peshito Siríaca.

El códice Alejandrino fue copiado en Egipto y se sabe que desde 1098 fue propiedad de los patriarcas de Alejandría, el patriarca Cririlo Lukaris cedió el códice a Inglaterra, fue llevado a Londres en 1628. Al Códice Alejandrino le faltan varias partes de los evangelios como: Juan 6:50, 8:52 y 2 Co. 4:13-12; 6. Además este códice contiene la epístola de Clemente de Roma.

 

El códice Beza (D). Manuscrito bilingüe griego y latín, data del siglo VI. Contiene los Evangelios Sinópticos y los Hechos. Teodoro de Beza lo obtuvo a partir del monasterio de Ireneo en Lyons, y lo presentó a la Universidad de Cambridge en 1581.

Otros códices: Códice Efraem  del siglo V; el Códice E, del siglo VIII, etc.

 

Traducciones antiguas (Manuscritos Testigos)

 

El Sirio Antiguo: Manuscritos incompletos hechos en el siglo II d.C. para los sirios.

 

El Sirio Peshito: Manuscrito en Sirio “sencillo”

El latín Antiguo: Manuscritos en latín del Siglo II. El Antiguo Testamento no se tradujo del hebreo sino de la Septuaginta.

La Vulgata: Manuscritos producto de la revisión del latín antiguo hecha por Jerónimo (Eusebio). Existen al menos 8000 ejemplares traficados por la religión católica.

El Antiguo Testamento excepto los Salmos se tradujo directamente del hebreo. Llego a ser la Biblia de todo el imperio y de la religión católica por alrededor de mil años en toda Europa, aunque el latín no era una lengua común, como tampoco se brindaba abiertamente, la Vulgata estaba restringida por la dificultad del idioma, así que solo era utilizada por los que oficiaban en la religión. Sus misas y sus lecturas se hacían en latín, siendo esto incomprensible para sus feligreses que debían tomarlo como una practica religiosa.

Varios: El Copta: Manuscrito en idioma egipcio del siglo II d.C. También fueron halladas versiones antiguas en el lenguaje etíope, gótico, árabe y eslavo.

 

 

EVALUACION GENERICA DE LOS MANUSCRITOS

 

Con respecto al Antiguo Testamento

Los manuscritos para estos grupos de libros se dividen en dos grupos. Los libros o textos masoréticos escritos en hebreos y procesados vocalmente y la Septuaginta en lengua griega.

– El Texto masorético del Antiguo Testamento, fue celosamente resguardado por las autoridades judías y recopilado entre los años 750 y 1000 después de Cristo en una edición denominada Texto Masorético. Esta obra es el resultado del trabajo de los llamados «masoretas» o comentaristas, los cuales fueron eruditos judíos dedicados al estudio y depuración de las distintas copias manuscritas del texto bíblico. Una de sus escuelas, la de Ben ‘Asher, en Tiberías, creó hacia fines del siglo IX después de Cristo un sistema de integración de vocales dentro del texto de consonantes, el cual acabó por imponerse y dominar sobre las demás escuelas, tanto la de Tiberías como la de Babilonia. Por otra parte, hoy día existe el recurso de consulta de los manuscritos del Mar Muerto que contienen casi en su totalidad, el Antiguo Testamento con una antigüedad que data del siglo II antes de Cristo.

 

– La Septuaginta [ LXX ]

Fue en el reinado de Ptolomeo Filadelfo  (285 a 246 aC.), que se confeccionó la Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento en Alejandría. Demetrio el bibliotecario sugirió a Ptolomeo que consiguiera una traducción cuidadosa de los escritos y que fueran los judíos mismos quienes hicieran la traducción.

Ptolomeo Filadelfo escribió a Eleazar, el sumo sacerdote de los judíos para que se emprendiera la traducción. El sumo sacerdote mandó seis hombres de cada tribu, expertos en el conocimiento de los escritos en cuestión. Fueron 72 judíos los que trabajaron logrando así, completar la famosa versión de la Septauginta en solo 72 horas. Cuando terminaron el trabajo, leyeron la traducción aprobándola unánimemente.

Esta traducción satisfacía la necesidad de la población judía que hablaban griego y que deseaban tener las Escrituras, al mismo tiempo poder mantenerse alejados de la degradante influencia helenista.

La Septuaginta era la traducción que circulaba ampliamente durante la época de Jesucristo y entre los judíos de la dispersión en el mundo mediterráneo.

Fue el instrumento más importante en las manos de las Iglesias en Asia, pues el griego era el lenguaje que se entendía en todo el imperio romano.

 

Con respecto al Nuevo Testamento

Con los pocos documentos que se contaba hasta entonces se determinaron que había grupos de manuscritos sobre todo los más antiguos “unciales” que no tenían plena coincidencias con los textos cursivos o “minúsculos” aunque los “unciales son más antiguos y debido que estaba por lo general en el bando católico se separaron en dos grupos bien conocidos, textos bizantinos y textos alejandrinos o sinaíticos.

– Textos Bizantinos o Mayoritario

Los textos bizantinos o mayoritario, llamados así por haberse distribuido en tiempos del imperio de Bizancio entre los siglos V – XI. Este grupo se compone en su mayoría de manuscritos “minúsculos o cursivos” alrededor de unos 2500 manuscritos copiados de antiguos manuscritos unciales asíaticos (actualmente inexistentes) a los cuales se le ha aplicado las modificaciones morfologícas y variantes del idioma para hacer un texto más comprensible y actualizado a los tiempos medievales.

Estos manuscritos coinciden entre sí en un 92% y el resto no se debe a cambios textuales sino a las lagunas que había en algunos manuscritos.

– Textos Alejandrino y Textos Sinaítico

Los textos alejandrinos grupo de manuscritos unciales muy antiguos del siglo IV escritos y hallados en Alejandría (Egipto) juntamente con el texto Sinaítico hallados en 1844 en un monasterio de Sinaí suman aproximadamente unos 1500 manuscritos y aún tienen gran similitud con el Códice Vaticano en el Antiguo Testamento pero no con el Nuevo Testamento.

Estos manuscritos tienen muchas dificultades, pues en ellos se han hallado muchas raspaduras,  enmiendas y grandes diferencias textuales, solo en los evangelios se han hallado unos 3000 vocablos diferentes entre los mismos manuscritos.

No es novedad, ya que en el siglo II dC personas tales como Orígenes y Basiliades ambos de Alejandría eran conocido por terribles falsificadores de las escrituras a su vez de que fueron los jefes de distintos grupos de copistas de aquellos tiempos.

Los manuscritos sinaíticos hallados últimamente en un basurero de un monasterio a punto de quemarse evidencian en cada una de sus paginas mutilaciones y correcciones considerado por muchos expertos de poco valor para la formulación de un “texto patron”. A través de medios científicos actuales pudieron determinar mediante lámparas de rayos ultravioleta que la lectura original en los manuscritos fueron borradas en varios lugares (Dato provisto por Bruce Metzguer en 1991)

CONCLUSIONES, HECHOS VERIDICOS Y CONCRETOS

 

Hecho Verídico: El Texto de Westcott y Hort es más antiguo y usa solo manuscritos unciales (Códice Sinaíticio y Alejandrino)

Hecho Verídico: Los manuscritos unciales usados por Westcott y Hort presentan enmiendas, raspaduras y palabras cambiadas. Estos manuscritos coinciden entre sí en un 60 %. No se evaluaron los manuscritos en forma conjuntas sino que se escogió las paginas por la antigüedad y así se determino la formación del texto.

Hecho Verídico: El Textus Receptus uso los manuscritos cursivos que tenían un 95% de coincidencia y concordancia unos con otros.

 

Hecho Verídico: El Textus Receptus es diferente al Texto de Westcott y Hort en 5337 textos, de los cuales 2000 textos son claves para la formulación de doctrinas básicas.

El códice Vaticano contiene cerca de ocho mil alteraciones y el códice Sinaítico cerca de nueve mil en relación con Textus Receptus pero esas variaciones ni siquiera son las mismas en los dos manuscritos. De hecho, el Sinaítico y el Vaticano discrepan entre si no menos de una docena de veces por página sobre todo en el 70% de los versículos de los Evangelios, el Sinaítico y el Vaticano discrepan.

John Burgon (Analísta literario 1896) dijo: «Es más fácil encontrar dos versículos consecutivos en los que estos manuscritos difieren que dos en los que concuerden”.

Ejemplo básicos: W y H carece de los finales de Marcos y de Juan; carece de treinta y nueve palabras en Juan 19:20-1, de veinte palabras en Juan 20:5-6; de diecinueve palabras de Marcos 1:32-4 de catorce palabras en Marcos 15:47; de pasajes como Juan 5:4; Mateo 16:2-3; Romanos 16:24; Marcos 16:9-20; I Juan 5:7; Hechos 8:37; Génesis 23:19-24, 46; Números 5:27-7:20; I Crónicas 9:27-19:27, etc.; de libros como Éxodo, Josué, I y II Samuel, I y II Reyes, Oseas, Amós, Miqueas, Ezequiel, Daniel y Jueces. Sin embargo, añade apócrifos como Bel y el Dragón. Tobías y Judit.”

Hecho Concreto: Los traductores modernos admiten que los textos son diferentes.

Conclusión: Sin el Textus Receptus las biblias modernas NO afirman el nacimiento virginal de Cristo, la sangre expiatoria de Cristo, la resurrección de Cristo, y fundamentalmente la Deidad y Divinidad del Señor Jesucristo.

Hecho Verídico: La Biblia Reina Valera utilizó como plataforma de traducción el  Textus Receptus”.

Hecho Verídico: Todas las versiones modernas utilizan como plataforma de traducción el texto de Westcott y Hort.

 

Hecho Concreto: la Biblia Reina Valera desde RVR1602 hasta RVR1960 son diferente a todas las biblias modernas.

Conclusión: Si las versiones modernas en español son diferente a la RV y expresan diferentes mensajes se determina que: Tanto las versiones modernas son corruptas y falsas o bien la RV lo es. Pero de ninguna manera se puede concluir que ambos son las verdaderas escrituras, o lo son las modernas o lo es la RV.

Si hemos de valorizar según la coincidencia entre manuscritos y la calidad del mensaje que se expresa no cabe duda que el Textus Receptus es el más parecido a las fieles escrituras y al mensaje predicado por más de 1600 años, sin embargo no podemos decir lo mismo del Texto de W y H que no tiene coincidencia entre los manuscritos evaluados y que el mensaje expresado es totalmente diferente a la doctrina que por más de 1600 años había permanecido intacta.

Hecho Verídico: Todas las instituciones de edición y publicación de biblias incrementan sus ganancias en miles de millones de dólares por año con las ventas de biblias modernas.

Hecho Verídico: La Biblia Reina Valera RVR60 escasea en Latinoamérica debido a la poca demanda.

Hecho Verídico: Ni Westcott ni Hort disfrutaron mucho tiempo de su triunfo. Hort se extinguió de manera prematura ligado a una confusión creciente mezclada con el alcoholismo. Westcott pasó sus últimos años dedicado a la promoción del consumo de cerveza pura, e incluso permitió que su retrato fuera utilizado en la publicidad de un fabricante de esta bebida. Quizá no fue un final tan extraño para dos existencias que transcurrieron en medio de las influencias de la teología liberal y del ocultismo y cuyo máximo logro fue imponer un texto del Nuevo Testamento mutilado y adaptado a su vana teología la cual es plataforma de enseñanza en todas las universidades y seminarios teológicos. (Sacado del libro de Cesar Vidal Manzanares, historiador y crítico literario nacido en 1958).

 

CONCLUSION GENERAL

 

Jamás se debe estimar las escrituras como la Palabra de Dios.

 

Jamás el Espíritu Santo se valdrá de las biblias para llevar el evangelio del Señor. La evangelización es a través de la predicación, las escrituras solo son de testimonio. El Espíritu es el que habla la Palabra, no la Biblia.

 

Las biblias no salvan, la fe no es por el leer, la fe es por el oir y el oir por la Palabra de Dios, la cual es Espíritu.

 

El verdadero mensaje proviene del verdadero discípulo y de continuo solo llama a la obediencia, a la unidad, a la sujeción al Señor, a la negación de si mismo, al despojo de todos sus bienes.

 

El falso profeta emite una enseñanza errada y por lo general solo provoca confusión, apela a los sentimientos, a las emociones, a lo sensacionalista, y siempre está provocando al hijo de Dios a obtener bienes materiales y disfrutar de los placeres de esta existencia, apela al antiguo testamento para hacer diezmar a sus congregantes, sometiendo leyes que ya no corresponden.

 

El Espíritu Santo actúa de manera plena por las palabras de un hijo de Dios, el Espíritu mismo se encarga de limpiar el mensaje.

Ninguna versión bíblica confundirá el mensaje del Espíritu Santo, así como tampoco el Espíritu Santo se confundirá, por el contrario el mismo Espíritu acomoda lo Espiritual a lo Espiritual (1 Co 2:13) y el Él mismo es quien avisa que probemos el espíritu del mensaje (1 Jn 4:1).

 

Las diferentes versiones son de confusión y tropiezo pero de ninguna manera perjudican al hijo de Dios (aunque los detiene en su crecimiento retrasando la obra). Pero a los religiosos las versiones le son realmente de condenación, pues utilizan las escrituras corruptas para predicar un evangelio totalmente diferente al evangelio del Señor.

La Paz del Señor

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